domingo, 8 de enero de 2012

Estrategias para el aprendizaje: Lectura y Pre-lectura

RECURSOS PARA EL APRENDIZAJE

“Debo crear un sistema o ser esclavo del de otro hombre”
William Blake (1757-1827)

En educación se entiende por recurso cualquier medio, persona, material, procedimiento, etc., que con una finalidad de apoyo, se incorpora en el proceso de aprendizaje para que cada alumno alcance el límite superior de sus capacidades y potenciar así su aprendizaje (Sánchez, 1991). Dicho de otro modo, el conjunto de procedimientos y estrategias que el estudiante debe poner en funcionamiento cuando se enfrenta con una tarea de aprendizaje.

Se pueden diferenciar dos tipos de recursos:

- Los recursos como soporte material del mensaje: apoya al proceso de comprensión de lo que se lee, tomando en cuenta el para qué (lectura comprensiva, resumen...).

- Los recursos como soporte de sistemas de representación: son utilizados para representar gráficamente la información extraída de un texto, de la vida cotidiana, conocimientos previos o situaciones problemáticas. El beneficio ocasionado por estos recursos estriba directamente en los procesos cognitivos que se generan cuando representas tus ideas de forma particular y visual (mapas mentales, conceptuales, esquemas, líneas de tiempo).

LECTURA

Antes de hablar de los tipos de estrategias que se deben realizar para que la lectura sea eficiente, es necesario tener en cuenta que, según Acedo (2008) la intención del lector cuando realiza la lectura, influye en su captación. Así en la misma actividad (leer) realizamos tareas diferentes:

- Leemos para encontrar una información específica.

- Leemos para captar una idea general

- Leemos en profundidad para conocer un texto específico

- Si leemos para establecer un juicio crítico

A la hora de enfrentarnos a un texto, y dependiendo de lo que queramos hacer con él, se recomienda leer varias veces de manera que se pueda comprender mejor el texto.

- Pre-lectura o lectura exploratoria: que consiste en hacer una primera lectura rápida para enterarnos de qué se trata.

- Observación del texto: inferir información del autor, la longitud, el año en el que fue escrito, el índice o tabla de contenidos, comentarios editoriales, etc. (es lo que se hace cuando se va a comprar o se decide leer un libro).

- Observación de las partes del texto (partes, capítulos, títulos, subtítulos) y si el texto es corto, basta con el título, autor y párrafos.

- Inferir la idea central a partir del título y de la lectura del primer y último párrafo (skimming).

- Verificar esta idea a través de la localización de palabras claves que la confirman. (scanning).

- Lectura comprensiva: que consiste en volver a leer el texto, pero más despacio, párrafo a párrafo, reflexionando sobre lo que leemos.

Si la lectura es superficial, bastaría con preguntar de qué se trata el texto. Sin embargo, a veces esto no es tan fácil de determinar, para ello profundizamos haciendo un análisis del texto. Esto es lo que se debe hacer cuando se lee para aprender: procesar la información con una intención.

Recomendación:

Lo que lees, contrástalo con tu idea previa producto de la prelectura…probablemente tengas razón. Adicionalmente, debes ampliar el vocabulario, siendo necesario que trabajes con sinónimos, antónimos y busques en el diccionario las palabras que no conozcas.

Tal como te mencionamos anteriormente, es importante que cuando leas sepas para qué lo haces.


EJERCICIO:

Escoge y recorta un artículo de opinión de la prensa nacional. Realiza una pre-lectura y escribe las ideas que tienes a raíz de esta. Luego, realiza una lectura comprensiva y también escribe la(s) idea(s) principal y secundaria(s), presentes en el texto. Compara las ideas que surgieron a partir de la pre-lectura con las ideas de la lectura comprensiva. Anota los comentarios acerca de tus propios resultados. Lleva tu ejercicio escrito a la próxima clase.

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